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Santuario, un paraíso natural y de mucho café

Llegar a Santuario es subir hasta los 1800 metros sobre el nivel del mar. Un arco de la Nuestra Señora del Carmen recibe a todos los visitantes de la puerta del Tatamá, una localidad con una hermosa tradición y arquitectura cafetera, la cual se puede disfrutar en la ya famosa Calle Real, una cuadra que ilustra a uno de los municipios insignias del Paisaje Cultural Cafetero. Y por supuesto, alrededor del parque principal es posible degustar una rica taza de café.
El ingreso principal al Parque Natural Tatamá se hace a través de Santuario, subiendo casi hasta niveles que superan los 2000 metros. En su recorrido las empinadas montañas sembradas con café denotan una caficultura empresarial que junto con esos vientos provenientes del Pacífico, hacen único y especial el sabor del café santuareño.
 
Historia
Deberle toda una vida al café. Esa es la premisa de Jaime Ariel Echeverri, un caficultor del municipio de Santuario, de esos tradicionales, que con sombrero puesto y café en mano viven orgullosos de labrar por años su historia y la de su familia alrededor del café.
La caficultura desarrollada por don Jaime Ariel denota lo especial de Santuario: imponentes montañas y un gran café permeado de esas brisas que bajan desde el Tatamá. En ese empeño puesto en cada grano tiene mucho que ver el apostar por un cultivo tecnificado, donde el Servicio de Extensión ha sido ese gran aliado para alcanzar esa calidad.

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